martes, 29 de marzo de 2011

PORTADA

PUBLICACIÓN DE LA ESTRUCTURA OFICIAL DE ENTREGA DE TRABAJOS
Hola a todos. Recuerden que la entrega del trabajo del museo será oficial y requiere ciertos requisitos. El trabajo se estructura en un promedio de cuatro cuartillas letra new times roman 12 con las siguientes indicaciónes:






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HOJA 1 PORTADA OFICIAL (DEBE CONTENER EL LOGO DEL POLITÉCNICO CENTRADO Y HASTA ARRIBA)



INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL

CENTRO DE ESTUDIOS CIENTÍFICOS Y TECNOLÓGICOS 6
“MIGUEL OTHÓN DE MENDIZÁBAL”

Asignatura: Apreciación Artística

TÍTULO DEL TRABAJO QUE SE ENTREGA

GRUPO TAL


Profesor: Luis Antonio Luviano Flores

Alumno: Nombre del alumno empezando por apellidos



México D.F., día, mes, año.








HOJA 2 y 3 DEBEN CONTENER LOS SIGUIENTES DATOS:


TÍTULO DE LA OBRA: (Es tal cual el tÍtulo de la obra que apreciarás)

TEMA DE LA OBRA. (Es de lo que trata la obra de lo general)

OBJETIVO DE LA OBRA: (El para qué se hizo)

MOMENTO HISTÓRICO DE LA OBRA: (Aquí debes incluir algo del surrealismo y de la vida de Remedios Varo)

GRADO DE MÍMESIS: (Naturalismo o abstracción)

COMPOSICIÓN: (Juicio estético sobre lo que sabes de composición aplicado a la obra)

CLASE 6

La clase 6 ha consistido en analizar cualitativamente obras que se han proyectado en el aula. Entre ellas se ha destacado:


“Las noche estrellada de Van Gogh”







“Madre muerta de Egon Schielle”



Obras de las cuales se han realizado comentarios estéticos basados en una representación gráfica y un escrito dividido en juicio de gusto y estético.
Concluimos que no es lo mismo contemplar una obra sin saber referencias históricas que nos apoyen en nuestra valoración, que cuando tenemos información mínima que nos permite tener un horizonte de comprensión más amplio que nos sirva como basamento de nuestro juicio estético.

*En la presente no hay que copiar un resumen ya que la actividad extraclase requerida nos exige más tiempo para su planeación.



RECUERDEN LA ACTIVIDAD EXTRACLES 5

Se trata de asistir al museo de arte moderno (MAM) ubicado en avenida reforma a un lado de la entrada al zoológico de Chapultepec. Contemplar la obra pictórica de Remedios Varo, elegir una obra para su análisis cualitativo. Recuerden que deberán poner objetivo, tema, momento histórico, grado de mímesis y composición. Arriba subiré la indicación de portada.

martes, 22 de marzo de 2011

JUNTA PARA PADRES

AVISO URGENTE:

Como ustedes saben el miércoles pasado cité a junta de padres de varios de ustedes. Les informo que llegué a un acuerdo con la Doctora Nora, jefa de Gestión Escolar y acordamos que la junta de este miércoles queda suspendida con el fin de que en próximos días se citará a junta general de padres de familia que organiza su asignatura de Orientación Escolar.

Endicha junta se les informará a los padres de familia sobre su avance en este primer periodo y aprovecharemos para comentar el desempeño de los alumnos que había citado este miércoles.

Nos vemos mañana y procuren ponerse al corriente con entregas retrasadas puesto que ya no daré más prorroga.

CLASE 5

TEMA: INTERPRETACIÓN EN LA PINTURA
Por. Luis Antonio Luviano Flores.

Recordarás que vimos que la interpretación es la acción más importante en la apreciación artística. Ahora, dicha interpretación la pondremos en práctica enfrentando algunas obras representativas de la pintura.

Buscaremos modos sencillos de expresión, mas no por ello escasos de profundidad. Inclusive un experto en arte se puede expresar de una manera muy clara y simple sin hacer de lado su interpretación intelectual. Tal es el caso de la Historiadora de arte Susana Woorford, quien se dirige a estudiantes como tú, interesados en las obras de arte de la pintura, y de quien hemos adaptado algunos de sus escritos. Esto para que te des una idea de lo que puede llegar a decir un experto de una obra pictórica y te sirva de ejemplo y de apoyo para lo que puedas expresar en tus actividades. Vamos a elegir cuatro obras de estilos muy diferentes y muy distantes en el tiempo, que la autora contempla en formas muy diversas.

Obra primera:




Figura 1 Pintura de un bisonte en una cueva prehistórica, Altamira (Santander),
15.000-10.000 a. C.
Objetivo de la obra: Esta representación de un bisonte (fig. 1), enérgica y realista, fue pintada hace 15.000 años en el techo de una cueva. Algunos creen que pudo tener una finalidad mágica: la imagen permitiría a su creador (o a su tribu) atrapar y matar al animal representado. En el vudú nos encontramos con un principio de acción similar; se trata de clavar un alfiler en un muñeco que representa a la persona a quien se quiere perjudicar. El pintor rupestre quizás creía que capturar la imagen del bisonte en la cueva les ayudaría a capturar al bisonte mismo.[1]

Momento histórico: Si nos preguntarnos que nos cuenta esta obra de la cultura en la cual se produjo. Seguramente encontraremos que esta obra nos puede decir algo (aunque de un modo bastante impreciso) sobre los hombres primitivos: que eran nómadas y se refugiaban en cuevas; que cazaban animales salvajes y que no construían casas permanentes ni cultivaban los campos.[2]

[1] S. Woodford, Cómo mirar un cuadro, op., cit., pp 7-8
[2] Id., pp. 9-10


Obra segunda:



Figura 2. La resurrección de Lázaro, mosaico, siglo VI, San Apollinare Nuovo, Rávena.

Tema de la obra: La segunda imagen (fig. 2) es muy distinta; es un mosaico precedente de una iglesia Cristiana. Nos resulta fácil identificar su tema, la resurrección de Lázaro. Cuando llegó Jesús, hacía cuatro días que Lázaro había muerto, pero Jesús hizo abrir la tumba y luego, según el evangelio de San Juan:

« Alzó los ojos al cielo y dijo: “Padre… por la muchedumbre que me rodea lo digo, para que crea que tú me has enviado”. Diciendo esto gritó con fuerte voz: “Lázaro, sal afuera”. Salió el muerto, ligados con fajas pies y manos…»
Juan II, 41-4

La imagen ilustra la historia con una maravillosa claridad; vemos que Lázaro «ligados con fajas pies y manos» saliendo de la tumba en la que fue enterrado: vemos a Jesús, vestido de púrpura real, ordenando salir a Lázaro con un gesto expresivo. Junto a él, un representante de «la muchedumbre», ante la cual se ha realizado el milagro, levanta la mano asombrado. La composición de la obra es muy simple; figuras planas y definidas con claridad, representadas sobre un fondo dorado. No es tan enérgica como la pintura de la cueva, pero quienes conocen el tema lo identifican inmediatamente.[1]

Objetivo de la obra: ¿Qué función cumplía esta obra en la decoración de una iglesia? En el siglo VI, cuando se realizó este mosaico, muy poca gente sabía leer. Sin embargo la iglesia quería que el máximo número de personas aprendiesen las enseñanzas de los Evangelios. Así lo explicó el papa Gregorio Magno: «Las imágenes pueden ser para los iletrados lo mismo que la escritura para quienes saben leer.» Es decir, la gente sencilla podía conocer detalles de las Santas escrituras simplemente mirando representaciones tan comprensibles como esta.[2]

Momento histórico: El mosaico cristiano del siglo VI refleja una cultura paternalista, en la cual los ilustrados intuían a las masas ignorantes. Nos explica que en los primeros tiempos de la Cristiandad era importante contar las historias sagradas del modo más claro posible, para que la gente pudiera captar el significado de esta religión relativamente nueva.[3]

Grado de mímesis (figuración o abstraccción): Quien realizó el mosaico medieval, pretendió contar una historia bíblica con la mayor viveza posible. No hizo que sus figuras apareciesen tan redondeadas y naturales como, por ejemplo, las de Bronzino (fig. 3), sin embargo se preocupó por que las figuras principales, las de Cristo y Lázaro, fuesen fácilmente reconocibles, y situó el gesto simbólico de Cristo en el centro de la imagen, aislado y recortado contra el fondo. El artista perseguía la claridad ante todo, evitaba cualquier indicio de ambigüedad, y la complejidad y la confusión de lo que nosotros consideramos apariencias naturales a él podían parecerle únicamente una distracción.[4]

[1] Id., p. 8
[2] Ibídem
[3] Id., pp. 10-11
[4] Id., pp. 11-12


Obra tercera:




Figura 3. Agnolo Bronzino (italiano, 1503-1572) Alegoría (llamada Venus, Cupido, la Locura y el Tiempo), ca. 1546 (146 x 116 cm.). National Gallery, Londres

Tema de la obra: Observemos ahora una pintura al óleo del pincel de Bronzino (fig. 3), el sofisticado pintor del siglo XVI. En ella aparece Venus, la diosa pagana del amor, a quien su hijo, el joven Cupido alado, abraza de manera muy sugestiva y erótica. A la derecha del grupo central vemos a un niño con cara de felicidad que, según los tratadistas, representa el Placer. Detrás suyo vemos una extraña muchacha vestida de verde y observamos con sorpresa que bajo el vestido su cuerpo presenta forma de serpiente enroscada. Probablemente simboliza el Engaño, una cualidad desagradable —de aspecto encantador pero detestable bajo la superficie— que suele acompañar al Amor. A la izquierda del grupo central aparece una vieja bruja rabiosa, mesándose los cabellos. Representa los celos, esa mezcla de envidia y desesperación que también con frecuencia acompaña al Amor. En la parte superior vemos dos figuras levantando una cortina que, al parecer, ocultaba la escena. El hombre es el Padre Tiempo quien advierte de las muchas complicaciones que acechan a este tipo de amor lujurioso aquí representado. La mujer situada frente a él a la izquierda sea interpreta como la Verdad; es quien desenmascara la difícil combinación de terrores y placeres que, inevitablemente, comportan los dones de Venus.[1]

Objetivo de la pintura: El cuadro comunica, por tanto, una máxima moral: que los celos y el engaño pueden ser los acompañantes del amor, del mismo modo que lo es el placer. Pero este mensaje moral no nos llega llana y directamente como el episodio de la resurrección de Lázaro (fig. 2). Sino por medio de una compleja y oscura alegoría que utiliza el sistema de personificaciones. El objetivo de esta pintura no era narrar lúcidamente una historia para los iletrados, sino intrigar a un público muy erudito y en cierto modo jugar con él. La obra fue ejecutada por el Gran Duque de Toscana y éste lo regaló a Francisco I Rey de Francia. Era, por tanto, una pintura pensada para entretener y edificar a una minoría cultivada.[2]

Momento histórico: La alegoría de Bronzino, nos da mucha información sobre una sociedad cortesana, refinada intelectualmente, quizás incluso hastiada, que gustaba de acertijos y adivinanzas y que inventaba sofisticados juegos por medio del arte. [3]

La composición: Si Contemplamos el modo en que se utilizan formas y colores para crear estructuras dentro de esta alegoría de Bronzino, podemos observar que el grupo principal de figuras, Venus y Cupido, forma una «L» de tonos pálidos siguiendo la forma del marco del cuadro. Notamos después que el pintor ha equilibrado este grupo en forma de L con otro, esta vez en forma de L invertida, compuesto por la figura del niño que simboliza el Placer y la cabeza y el brazo de Padre Tiempo. Estas dos «eles» forman un rectángulo que enclava firmemente la representación dentro del marco, y así queda asegurada la estabilidad de esta composición, por otro lado muy compleja.[4]

Imagen descriptiva de la composición

Veamos ahora otros dos aspectos del diseño de la misma obra. Notamos que todo el espacio está ocupado por objetos o figuras; no hay lugar para que la vista descanse. Esta incansable actividad de formas a través de todo el cuadro está relacionada con el espíritu y el tema de la obra: la agitación y la falta de decisión. El amor, el placer, los celos y el engaño están todos enredados en una estructura complicada formal e intelectualmente.[5]

El artista ha pintado figuras de perfiles fríos y duros, y de superficies tersas y redondeadas; casi parecen de mármol. La sensación de dureza y frialdad está intensificada por los colores que utiliza: casi exclusivamente colores azules claros y blancos de nieve, con pinceladas de verde y azul más oscuro (el único color cálido es el rojo de almohadón en donde se arrodilla Cupido). Toda esta frialdad y dureza es opuesta a lo que normalmente asociamos con la actividad sensual que ocupa el centro del cuadro. Con este procedimiento, un gesto de amor o de pasión, generalmente tierno o ardiente, aparece representado aquí como algo calculado y glacial.[6]

Se establece una especie de tensión entre formas y colores por un lado el tema por el otro; tensión que está en consonancia con la idea paradójica, quizás ligeramente irónica, que hay detrás de la alegoría representada.

Un análisis formal sobre el diseño de un cuadro suele ayudarnos a comprender mejor su significado y a percibir algunos de los recursos que el artista utiliza para conseguir los efectos deseados.[7]


[1] Id., pp. 8-9
[2] Id., p. 9
[3] Id., p. 11
[4] Id., p. 12
[5] Ibídem
[6] Id., pp. 12-13
[7] Id., p. 13


Obra cuarta:



Objetivo de la pintura: Finalmente, miremos un cuadro de nuestra propia época, obra del pintor norteamericano Jackson Pollock (fig. 4). No localizamos en él ningún aspecto reconocible del mundo que nos rodea. [No debemos intentar encontrar figuras en las manchas]. No hay ningún bisonte que capturar, ninguna historia religiosa que contar, ninguna compleja alegoría que desenmarañar. En cambio, deja constancia de la acción del propio pintor arrojando pintura al enorme lienzo para crear esta estructura abstracta, animada y apasionante. ¿Cuál es el propósito de tal obra? Su intención es poner de manifiesto la actividad creativa y la evidente energía física del artista. Informando así al observador de la acción de su cuerpo y su mente en el momento de emprender la producción de una pintura.[1]

Momento histórico: Esta pintura nos comunica algo sobre la gente de esa época (siglo XX) en la cual se valorara la visión personal o la acción única de un artista concreto; en una época que parece rechazar los valores tradicionales de las clases privilegiadas y que estimula a los artistas a expresarse con libertad y originalidad.[2]

Grado de mímesis (figuración o abstracción): Recordemos que el parecido con la naturaleza ha sido con frecuencia un elemento clave y un reto para el artista, especialmente en la Antigüedad clásica (ca. De 600 a. C. a 300 d. C.) y desde la época del Renacimiento (que comienza en el sigo XV) hasta los inicios del siglo XX. Realizar cuadros que perezcan convincentemente reales presenta fascinantes problemas, y muchas generaciones de artistas se han dedicado a resolverlos con gran imaginación e interés. Pero no fue siempre esta inquietud que dominó la mente del artista. Muchas veces no sirve de nada aplicar a un cuadro nuestros propios criterios de naturalismo, porque quizás no fueron estos los criterios por los que se regía el artista en su trabajo.

Del mismo modo, tampoco habría que juzgar en relación con el parecido con la naturaleza al artista moderno que creó la figura 4, y que pretendía expresarse tan vigorosamente en su pintura por que ese criterio no le preocupaba en lo más mínimo. Pollock intentaba comunicar un aspecto de sus sentimientos y no deseaba reproducir su entorno visual. [Por ello esta obra no posee grado de mímesis, decimos entonces; que es una obra abstracta].

Por tanto, aunque tengamos derecho a interrogarnos si un cuadro se parece o no a la realidad, debemos tener cuidado y evita hacerlo cuando la pregunta pueda ser intrascendente.[3]

*Tomado de: Woodford, Susan, Cómo mirar un cuadro, Barcelona, Gustavo Gilli : Círculo de lectores, 1985, 115 p.

[1] Id., p. 9
[2] Id., p. 11
[3] Id., p. 12

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RECUERDA LA ACTIVIDAD EXTRACLASE 5


Se trata de una actividad en la que el alumno ejercite la interpretación de una obra realizando, con los datos que le proporciona el profesor, un dibujo con las maneras de interpretación.

Realizar en un formato especial de entrega una obra con las siguientes características de interpretación:

Un obra
 cuyo objetivo esté orientado a una finalidad expresiva
 cuyo tema sea “el amor y la pasión”
 cuyo grado de mímesis oscile entre el naturalismo y la abstracción
 cuya composición sea equilibrada, tomando en cuenta los elementos mínimos compositivos vistos en el curso.

miércoles, 9 de marzo de 2011

AVISO URGENTTE AL GRUPO 2210

Hola a todos grupo 2210 espero se encuentren con bien.

Les aviso que ya han sido puestas sus calificaciones del primer departamental en el sistema SIGUE. Varios de ustedes tienen calificaciones bajas por lo que les recomiendo que se pongan al corriente con los trabajos atrasados.


EL DÍA DE HOY MIÉRCOLES 9 ME SERÁ IMPOSIBLE LLEGAR A CLASE YA QUE TENGO UN EXAMEN QUE ATENDER. PARA EL PRÓXIMO MIÉRCOLES LES ESPERO CON SUS TRABAJOS.



Buen día. Y sigan subiendo dudas y comentarios al blog

CLASE 4

TEMA: ARTE Y CULTURA
Por: Luis Antonio Luviano Flores

Para hablar de cultura necesitamos hablar de productos culturales, que son aquellos hechos por el hombre y son los que nos sirven para ubicar al arte entre los mismos. Debemos contemplar que la cultura puede ser material o espiritual.

La cultura material atañe a productos destinados a satisfacer las necesidades básicas humanas, sus vías son los elementos meramente objetivos que hayamos en el área tecnológica[1]


La cultura espiritual se encarga del lado misterioso de la vida. Curiosamente siempre tendemos a relacionar lo espiritual con lo meramente religioso. Sin embargo en el presente curso siempre atenderemos al espíritu, donde haya conocimiento. Por ello la cultura espiritual se encamina a los bienes destinados a cultivar nuestra conciencia. Sus vías pueden ser elementos objetivos o subjetivos. Podemos determinarla como conocimiento humano y puede dividirse en científica y estética.

La cultura científica está constituida por el conocimiento orientado a la razón, la lógica y las matemáticas. Su estructura es objetiva.

La cultura estética se expresa a través de las artes y se relaciona con la sensibilidad, que tiene que ver con la posibilidad de expresar o de manifestar de una manera propia, a través de los sentidos, las emociones, ideas y sentimientos. Atiende al lado misterioso del mundo. La religión está próxima a esta cultura. Su estructura es subjetiva.[2]

Como verás la cultura estética se encuentra a la par de la cultura científica, aunque en ambas existan diferencias entre los elementos que las componen; objetivos y subjetivos; debemos destacar que en ambas culturas el fin común es el conocimiento humano y su conciencia. Aunque sus vías parecieran opuestas no lo son en realidad. El sentimiento de búsqueda y de curiosidad del científico, es el mismo sentimiento de curiosidad del artista. Ambos logran aportar a la Humanidad sabiduría, aún con sus diversos medios. ¿Te habías dado cuenta de la relación entre el arte y la ciencia?

Para ahondar en el estudio del arte, debemos hablar ahora de lo que es la cultura estética.


TEMA: LA ESTÉTICA


El término estética se deriva de la palabra griega aisthesis, que significa sensación, conocimiento obtenido a través de la experiencia sensible. Hoy en día lo relacionamos con la rama de la filosofía que se ocupa de analizar y resolver todas aquellas cuestiones relativas a la belleza, al gusto y al arte en general. Es, por tanto, una ciencia de lo bello o una filosofía del arte. [1]

La cultura estética es el sistema de valores en la cual se orientan nuestra sensibilidad. Es decir, hay una sensibilidad estética que depende de los valores estéticos, también llamados categorías estéticas, que son las siguientes:

La belleza y la fealdad.
Lo trágico (o lo dramático) y lo cómico.
Lo sublime (o lo grandioso) y lo trivial.
Lo típico y lo nuevo.
Lo irónico y lo grotesco.

Cuando decimos esto es bello o ¡qué trágico! estamos ejercitando nuestra sensibilidad estética, o sea, estamos aplicando nuestro sistema de valores o categorías que es propio de cada persona.[3]

Claro que, debemos tomar en cuenta que cada sociedad o país pose su sistema de valores estéticos como resultado de la convivencia humana y de los efectos de la naturaleza, de las tradiciones y de las normas colectivas. [4]

No es lo mismo, por ejemplo; lo que es bello para las tribus africanas, puede ser feo para nosotros, sobre todo si ese algo no estamos acostumbrados o nunca lo habíamos visto. Sin embargo nuestra cultura estética puede cambiar si conocemos más de aquellas culturas y posteriormente entendemos lo que para ellos es bello.

[1] J. Acha, Expresión y Apreciación Artística, México, trillas, 2ª ed., 1994, p. 30
[2] Id., p. 31
[3] Id., p. 34
[4] Ibídem




Lo mismo pasa con nuestro día de muertos, pues aunque nosotros estamos acostumbrados a ver ofrendas, calaveras, catrinas y nos resulta típico, puede resultar nuevo o trágico para un europeo. Por ello debemos de entender que la cultura estética se encuentra encarnada con nuestro lugar de origen, y que entre más nos cultivemos, aprenderemos a ver con nuevos ojos lo que antes nos resultaba feo, trágico o inclusive nos daba risa por nuestra ignorancia. Por ello debemos considerar estas vinculaciones con las obras de arte, con el artista y con la sociedad que la produjo para que las podamos entender y analizar.



La experiencia estética

Lo que podemos llegar a sentir frente a una obra de arte lo denominamos como experiencia estética; esta experiencia puede instalarlos, por así decirlo, en otro universo, en otro tiempo y espacio.

Seguramente te ha llegado a pasar que, te encuentras un tanto aburrido en casa y enciendes tu equipo de sonido. Cuando escuchas alguna melodía, puedes transportarte a otros espacios. Puedes entrar en un estado completamente distinto al que te que encontrabas. La experiencia estética tiene que ver con este estado que puede alcanzar distintos niveles de profundidad. Dependiendo de las características de la obra y de la capacidad de alcance que podamos tener frente a ella.

La experiencia estética es el modo más profundo de sentir ante una obra. Provoca nuestra atención profunda, produce una actitud de atención desinteresada, implica un descubrimiento activo, desencadena un sentimiento de liberación, y todo ello pone en juego la integridad de nuestras facultades perceptivas.[1]

Todas estas características pueden llevarse en una profunda unidad que abarca por completo el objeto estético.

Después de la experiencia estética, podemos emitir un juicio acerca de a la obra de arte. Para ello interviene nuestro propio juicio de gusto, en primera instancia; que tiene que ver con lo que simplemente nos gusta o nos desagrada. A la vez, interviene nuestro juicio estético; que tiene que ver con nuestra experiencia y conocimiento, y por tanto será un juicio más avanzado, ya que tenemos más herramientas para poder opinar. Esto implica lo que hablamos, expresamos y sentimos de una obra determinada, y que depende de lo que somos a nivel social y sociocultural. Seguramente que nuestro juicio cambiará y se incrementará nuestra cultura estética conforme aprendamos más en el presente curso.

[1] R. Ivelic, K., Fundamentos par al comprensión de las artes, op., cit., pp. 17-23


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RESUMEN

Todo conocimiento implica un crecimiento de nuestro espíritu. Por ello hemos denomindo cultuta espiritual a la cultura científica y artística; ya que ambas atañen al conocimiento humano.
La estética es una rama de la filosofía que reflexiona sobre la esencia y la percepción de la belleza y del arte; su finalidad es analizar los modos de percepción de las cosas.

No existen parámetros para determinar las cosas bellas de las que no lo son. Cada persona utiliza su juicio para definir las cosas y las obras artísticas.

La cultura estética es el sistema de valores en la cual se orientan nuestra sensibilidad. Es decir, hay una sensibilidad estética que depende de los valores estéticos, también llamados categorías estéticas, que son las siguientes:

1. La belleza y la fealdad.
2. Lo trágico (o lo dramático) y lo cómico.
3. Lo sublime (o lo grandioso) y lo trivial.
4. Lo típico y lo nuevo.
5. Lo irónico y lo grotesco

La experiencia estética trata de lo que podemos llegar a sentir frente a una obra de arte y puede instalarlos, en otro tiempo y espacio.

La experiencia estética es el modo más profundo de sentir ante una obra. Provoca nuestra atención profunda, produce una actitud de atención desinteresada, implica un descubrimiento activo, desencadena un sentimiento de liberación, y todo ello pone en juego la integridad de nuestras facultades perceptivas.

Después de la experiencia estética, podemos emitir un juicio de gusto, que tiene que ver con lo que simplemente nos gusta o nos desagrada. A la vez, interviene nuestro juicio estético; que tiene que ver con nuestra experiencia y conocimiento, y por tanto será un juicio más avanzado, ya que tenemos más herramientas para poder opinar.
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Recuerda la Actividad extraclase 4

Tomando en cuenta las categorías estéticas, Realiza con la técnica de collage un trabajo que contenga una de ellas. Recuerda Que debes explicar en la parte posterior cuál de todas elegiste, porqué y qué intentas destacar de la categoría estética.
No olvides anexar al trabajo tu nombre completo y tu grupo.

CLASE 3

ELEMENTOS MÍNIMOS DE LA COMPOSICIÓN

Por: Luis Antonio Luviano Flores

En clase resumimos los conceptos que consideramos esenciales de la composición. Fue a través de sus puntos de vista y opiniones que concluimos lo siguiente:
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RESUMEN DE LA CLASE 3

El punto: es la unidad mínima del dibujo y de la estructura compositiva. Tomamos en cuenta que el punto no tiene una forma única, sino puede tener múltiples variantes.

La línea: es una sucesión de puntos que en su conjunción mantienen determinada direccionalidad que le distingue entre sus tipos de línea. Estos tipos les otorgamos nombres como: recta, curva, quebrada, horizontal, diagonal etcétera.

La emotividad de la línea: Mencionamos que es posible hablar de una emotividad de las líneas. Esto depende de lo que las líneas puedan hacernos sentir. Tomamos como punto general dos conceptos:

a) Lo estático: determinado entre las líneas horizontales y verticales. Generan estabilidad y quietud.

b) Lo dinámico: determinado entre las diagonales y curvas. Generan inestabilidad y movimiento.

El plano: es el espacio en donde se conjugan las fuerzas compositivas y en donde interactúan todos los elementos de la composición.

La forma: es un área que se encuentra limitada por una línea perimetral. Dependiendo de la direccionalidad de las líneas perimetrales podemos definir las formas como: regulares, irregulares, geométricas, orgánicas, etcétera.

El color: Determinamos dos campos generales del color:

Por un lado el campo que pertenece a la física del color que atiende a la luz, es decir, a los descubrimientos de Newton y Tomas Yung.

Por el otro al campo que le pertenece a la química del color y que atiende a los pigmentos, propuestos por Goethe y su círculo cromático.





Del círculo cromático de Goethe desmenuzamos los colores primarios, secundarios y terciaros. Aprendimos además las principales mezclas de color que surgen entre los colores primarios generando los secundarios y terciarios. De ahí comprendimos el contraste complementario de color que se representa en el círculo cromático entre los opuestos.

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De esta manera vimos obras de pintura en las cuales el pintor utilizó todos los elementos compositivos en conjunto.








RECUERDA LA ACTIVIDAD EXTRACLASE 3

En un papel para entrega, realizar una reinterpretación de una obra en su estructura compositiva tomando en cuenta los siguientes aspectos:

 Equilibrio
 El contraste entre líneas dinámicas y estáticas.
 Un contraste complementario de color